El profesor universitario se desenvuelve en un ambiente donde se le exige innovación y un alto grado de creatividad que le permita realizar una práctica docente novedosa y atractiva, alcanzar este objetivo implica un cambio de mentalidad centrado en transformación entre la actitud y la aptitud.
El profesor universitario, es uno de los principales actores en el proceso de enseñanza-aprendizaje quien no solamente se limita a ser un transmisor de conocimiento, sino que es el encargado de llevar a los estudiantes al desarrollo de competencias. Para ello, es necesario que no solamente los profesores posean una gran experiencia en el área disciplinar que van a enseñar, sino que deben desarrollar competencias pedagógicas, didácticas y socioemocionales producto de procesos de formación continua y permanente. (2021, p. 47).
El doctor Héctor Lerma Jasso, licenciado en pedagogía y doctor en filosofía, afirma que la profesión del profesor universitario implica: “Vocación, respuesta, misión, formación, trabajo y servicio” (2017, p. 18). Las tres primeras referidas a factores internos y las 3 siguientes que intervienen factores externos:
Se entiende por vocación el impulso interior que condiciona, natural y culturalmente a un individuo hacia la realización de un servicio efectivo a la sociedad, mediante el ejercicio de determinada actividad laboral, en la que se espera encontrar un alto grado de realización y satisfacción personal. (2017, p. 18)
Entender que la labor del profesor universitario tiene como fin contribuir al mejoramiento de la sociedad en la que vive no es suficiente, es importante entender que su ejercicio debe transcender del aula de clase, que cada interacción que realice el profesor con el estudiante y cada construcción que realicen los dos, deben permitir que el profesor tenga una satisfacción personal.
El concepto respuesta hace alusión a que, “así como la vocación es un llamado personal, esta exige igualmente una Respuesta también personal”. (2017, p. 19), Es decir, que, durante el proceso de aprendizaje, el profesor debe recibir recompensa a su labor diario educativo, debe tener un mérito personal, no tendría sentido que la ecuación se limitara a dar y no recibir reconocimiento por su práctica educativa.
Otro de los componentes que implica la labor del profesor universitario es la misión, alejándonos un poco de la frase, algo desgastada, “todos tenemos una misión en el mundo”, el Dr. Lerma Jasso lleva este concepto a la responsabilidad con la que el profesor debe ejercer. En ese sentido, el profesor debe ser capaz de comprender y hacer comprender. No basta con ser un transmisor de conocimiento cuando quien lo transmite omite asegurarse de que el receptor comprende, aún más allá de la propia ciencia, el sentido de lo que se pretende transmitir. “Es necesario formar personas de carácter y criterios rectos, que sean capaces de realizar lo que no pueden hacer las máquinas: pensar, juzgar, decidir libremente...” (2017, p. 20)
Dicho lo anterior, esta misión debe ir acompañada de la suficiente formación, que es el espíritu mismo de la sustancia. Se parte del hecho de que el profesor universitario tiene un profundo conocimiento de la materia que dicta. No obstante, este debe formarse también en la “teoría pedagógica”. El profesor universitario debe ser dueño de cierta forma o estilo personal que le permitan afinar las mejores habilidades (teóricas y prácticas) para enseñar e inspirar a sus estudiantes. Este afinamiento solo es posible, por medio del estudio constante de cómo enseñar. La tarea del profesor sigue siendo “aprender a enseñar y enseñar a aprender; esto requiere, previamente, aprender a aprender”. (2021, p. 40)
Otro punto trascendental es el trabajo. Si bien parece lógico que a los componentes anteriores se les debe sumar la realización inagotable del trabajo de educar, el doctor Lerma Jasso toca un punto relevante para esta conceptualización de profesor universitario, y es la que hace referencia a que el Trabajo además de llevarlo a construir nuevas realidades, lo dignifica.
Por último, el concepto de servicio, la labor pedagógica es un servicio en sí misma, sin embargo “no se trata de una mera obligación, sino servir por libre entrega, entendiendo que servir es algo grande y digno cuando se sirve a una causa noble y justa”. El servicio del profesor universitario consiste en ayudar a sus alumnos a valorizar la vida. (2017, p. 25)
La educación es una gran esperanza, cuando el profesor universitario entiende que su vocación funge como esperanza para la humanidad, pasa de ser un mero emisor de conocimiento a ser una fuente de educación del hombre, y en ese sentido, contribuye a la esperanza de un mundo mejor.
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Referencias
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